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Juan 2

2.1-11 Jesús hace el primer milagro

1 Dos (2) días después, María (la madre de Jesús) fue a una boda.

¿En dónde?

En el pueblo de Caná en la región de Galilea.

2 Jesús y los discípulos también estaban en la boda.

3 Las personas de la fiesta se tomaron todo el vino.

Entonces, María dijo a Jesús:

Ya no hay vino.

4 Jesús dijo:

Señora, ¿por qué tú me dices: “no hay vino”?

Ahora no es mi tiempo para hacer milagros ni mostrar que

yo soy el Cristo.

5 María dijo a los siervos:

Ustedes deben obedecer todas las palabras de Jesús.

6 Había 6 jarros grandes de piedra.

Cada jarro era para más o menos 100 litros de agua.

Los judíos usaban estos jarros para lavarse como costumbre religiosa.

7 Jesús dijo a los siervos:

Ustedes deben llenar los jarros con agua.

Entonces los siervos llenaron los jarros por completo.

8 Después, Jesús dijo:

Lleven un poco de esta agua al jefe de la fiesta.

Los siervos llevaron el agua al jefe de la fiesta.

9 El jefe de la fiesta tomó el agua.

Pero ahora el agua era vino, ya no era agua.

El jefe no sabía que Jesús había hecho este vino.

Pero los siervos sí sabían esto.

El jefe llamó al novio y dijo:

10 Una costumbre en las fiestas es:

“Primero, dar el mejor vino.

Después, dar el vino más barato”.

Pero tú eres diferente.

¡Tú primero diste el vino barato y después tú diste el mejor vino!

11 Jesús hizo este milagro en el pueblo de Caná en Galilea.

Este fue el primer milagro de Jesús.

Así Jesús mostró su poder y gloria.

Por eso, los discípulos creyeron en Jesús.

2.12 Jesús va a la ciudad de Cafarnaúm

12 Después del milagro en la boda en Caná

  • Jesús,
  • María,
  • los hermanos de Jesús y
  • los discípulos

fueron a Cafarnaúm por algunos días.

2.13-17 Jesús echa fuera del templo a los vendedores

13 Pronto sería la fiesta de la Pascua.

Jesús fue a la ciudad de Jerusalén.

14 Jesús fue al templo y vio a unas personas vendiendo

  • vacas,
  • ovejas y
  • pájaros.

Jesús también vio a otras personas sentadas en unas mesas.

Estas personas compraban y vendían monedas.

15-16 Entonces Jesús

  • hizo una correa con unos pedazos de cuerda,
  • echó fuera del templo a todas estas personas y a los animales,
  • volteó las mesas,
  • lanzó las monedas al piso y
  • dijo a las personas que vendían pájaros:

Quiten estas cosas de aquí.

El templo es la casa de mi Padre, no un lugar donde se venden cosas.

17 Los discípulos

  • vieron esto y
  • recordaron un versículo de la Biblia:

Yo amo mucho tu casa.

Mi amor por tu casa es como fuego en mi corazón.

Jesus usa una correa para echar los vendedores fuera del templo.

Jesús

     hizo una correa con unos pedazos de cuerda,

     echó fuera del templo a todas estas personas y a los animales,

     volteó las mesas y

     lanzó las monedas al piso.

2.18-22 Jesús mismo es el templo verdadero

18 Los líderes religiosos dijeron a Jesús:

¿Quién eres tú para echar fuera a los vendedores del templo?

Tú no tienes autoridad para hacer eso.

Tú debes hacer un milagro.

Así nosotros creeremos en tu autoridad.

19 Jesús dijo a los líderes:

¿Ustedes quieren ver un milagro?

Bien, ustedes pueden destruir este templo.

Pero, en sólo 3 días yo construiré este templo otra vez.

20 Los líderes dijeron a Jesús:

Tú no puedes construir este templo en 3 días.

Muchas personas trabajaron 46 años para construir este templo.

Pero ahora tú dices:

“En 3 días yo construiré este templo otra vez”.

21 Los líderes no entendieron las palabras de Jesús.

¿Por qué?

Porque Jesús no hablaba del templo (el edificio).

Jesús hablaba de su propio cuerpo.

22 En el futuro, Jesús moriría y después viviría otra vez.

Entonces, los discípulos recordarían estas palabras.

Ese día los discípulos creerían

  • las profecías de la Biblia y
  • las palabras de Jesús.

2.23-25 Muchas personas creen en Jesús

23 Jesús fue a la fiesta de la Pascua en Jerusalén y allí hizo

muchos milagros.

Por eso, muchas personas creyeron en Jesús.

24-25 Pero Jesús sabía que un día esas mismas personas estarían contra él.

¿Por qué?

Porque Jesús sabía los pensamientos de esas personas.

Por eso ninguna persona debía decir a Jesús:

Las personas son malas, tú no debes confiar en las personas.