Hechos 28
28.1-11 Pablo llega a la isla de Malta
1 Todos nosotros llegamos vivos a la playa.
En la playa, nosotros encontramos a unas personas.
Esas personas nos dijeron que nosotros estábamos en la isla de Malta.
2 Llovía y hacía mucho frío.
Las personas de la isla
- fueron muy amables con nosotros y
- nos ayudaron haciendo una fogata para que nosotros nos calentáramos.
3 Pablo recogió unas ramas y puso las ramas en el fuego.
Por el calor de la fogata una serpiente salió y mordió a Pablo en la mano.
4 Las personas de la isla vieron que la serpiente mordió a Pablo y dijeron:
Este hombre no murió en el mar.
Pero ahora la serpiente matará a este hombre.
Tal vez este hombre mató a otras personas.
Por eso la diosa de la justicia ahora matará a este hombre.
5 Pablo movió la mano y lanzó la serpiente en el fuego.
Pablo no sufrió nungún daño por la mordida de la serpiente.
6 Las personas pensaron:
La mano de Pablo se hará más grande y después Pablo morirá.
Las personas esperaron mucho tiempo.
Pero nada malo le pasó a Pablo.
Entonces las personas cambiaron de opinión y ahora pensaban que Pablo era un dios.
7 Un hombre de nombre Publio era
- el hombre más importante de Malta y
- el dueño de muchas fincas cerca de la playa.
Publio
- nos invitó a quedarnos en su casa por 3 días y
- fue muy amable con nosotros.
8 El padre de Publio estaba enfermo y tenía fiebre y diarrea.
Pablo
- visitó al padre de Publio,
- tocó su cabeza y
- oró por su sanidad.
Dios escuchó a Pablo y sanó al padre de Publio.
9 Después de este milagro todas las personas enfermas de la isla buscaron a Pablo.
Pablo también oró y Dios sanó a todas esas personas.
10-11 Nosotros nos quedamos en la isla de Malta 3 meses.
Las personas de la isla fueron muy amables y nos trataron muy bien.
Después de los 3 meses, las personas de la isla nos dieron a
nosotros todas las cosas que necesitábamos para continuar nuestro viaje a Roma.
Nosotros subimos a otro barco.
Este barco tenia una estatua de 2 dioses griegos de nombre
Cástor y Pólux.
Por eso el nombre de ese barco era “Los Dioses Gemelos”.
El barco
- venía de la ciudad de Alejandría,
- había estado en la isla de Malta en el invierno y
- salía para la ciudad de Roma.
28.12-15 Pablo llega a Roma
12 Nosotros llegamos a la ciudad de Siracusa y nos quedamos allí 3 días.
13 Después nosotros navegamos hacia la ciudad de Regio.
El día después un buen viento vino del sur.
Ese viento nos ayudó a nosotros a llegar en un sólo día a la ciudad de Pozzuoli.
14 En Pozzuoli nosotros encontramos a unos creyentes.
Esos creyentes nos invitaron a nosotros a quedarnos en su casa.
Nosotros nos quedamos con ellos 7 días.
Después nosotros continuamos nuestro viaje a Roma.
15 Los creyentes de Roma escucharon que nosotros íbamos a Roma.
Por eso los creyentes salieron para saludarnos en el camino a Roma.
Algunos creyentes fueron a un lugar de nombre El Foro de Apio.
Otros creyentes nos encontraron en un lugar de nombre las Tres Tabernas.
Pablo
- vio a los creyentes,
- se sintió muy feliz y animado y
- dio gracias a Dios por esos creyentes.
28.16-31 Pablo en Roma
16 Después de llegar a Roma las autoridades romanas dijeron a Pablo:
Tú no vivirás en la cárcel.
Tú puedes vivir en una casa.
Pero un soldado te vigilará.
17 Tres (3) días después, Pablo invitó a los judíos importantes que vivían en Roma a una reunión.
Los judíos llegaron y Pablo dijo:
¡Amigos judíos!
Algunos judíos de Jerusalén dijeron a los romanos:
“Ustedes deben poner a Pablo en la cárcel”.
Pero yo no he hecho nada malo contra otros judíos ni contra las costumbres de nuestros antepasados.
18 Los judíos querían matarme.
Pero los romanos no entendían por qué.
Los romanos
- me hicieron muchas preguntas,
- vieron que yo no era culpable de nada malo y
- decidieron que no era justo matarme.
Por eso los romanos quisieron liberarme.
19 Pero los judíos no querían que los romanos me liberaran.
Para salvar mi vida, yo dije:
“Yo tengo derecho a que el César me juzgue”.
Yo estoy aquí para defenderme, no para acusar a los judíos.
20 Por eso yo quise hablar con ustedes.
¿Recuerdan que Dios hizo una promesa a nuestros antepasados?
Dios dijo a nuestros antepasados que enviaría al Cristo.
Yo creo en esa promesa.
Por eso yo estoy como prisionero.
21 Los judíos importantes de Roma dijeron a Pablo:
Los judíos de Jerusalén no han enviado ninguna carta hablando de ti.
Ningún judío ha venido a Roma a hablar contra ti.
22 Muchas personas en todos los lugares hablan contra los cristianos.
Nosotros queremos entender las ideas de los cristianos.
23 ¿Cuándo tú puedes explicarnos a nosotros tus ideas?
Unos días después muchos judíos fueron a la casa de Pablo.
Pablo quería que los judíos creyeran en Jesús.
Por eso Pablo
- habló todo el día con los judíos y
- uso la Biblia para explicar muchas cosas sobre el gobierno de Dios.
24 Algunos judíos creyeron las palabras de Pablo.
Pero otros judíos no creyeron.
25 Los judíos tenían diferentes opiniones del mensaje de Pablo.
Por eso algunos judíos discutieron y decidieron irse de allí.
Pero antes que los judíos se fueran, Pablo dijo:
El Espíritu Santo dio una profecía a sus antepasados.
Pero en realidad ese mensaje también es para ustedes.
El profeta Isaías dijo:
26 “Ustedes escucharán pero nunca entenderán nada.
Ustedes verán muchas cosas pero nunca entenderán nada”.
27 “El corazón de esas personas ya no siente nada.
Esas personas
- tienen oídos pero no quieren escuchar nada y
- no quieren abrir los ojos y ver.
Tal vez esas personas
- escucharan mi voz,
- abrieran sus ojos y me vieran a mí,
- entendieran mis palabras y
- se arrepintieran.
Entonces yo olvidaría sus pecados y sanaría a esas personas”.
28 Después Pablo dijo a los judíos:
Ustedes deben saber esto:
“Dios también quiere salvar a los no judíos.
Los no judíos sí escucharán el mensaje de salvación”.
29 Después de escuchar estas palabras, los judíos se fueron de la casa de Pablo.
En el camino, los judíos discutían sobre las enseñanzas de Pablo.
30-31 Pablo
- pagó arriendo por una casa en Roma y
- vivió en esa casa 2 años.
Pablo
- recibió a muchas personas en su casa,
- habló del gobierno de Dios y
- predicó del Señor Jesucristo con valentía.
Pablo nunca más tuvo problemas por hablar de Jesús.