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Juan 5

5.1-9a Jesús sana a un hombre que no podía caminar

1 Unos días después Jesús fue a una fiesta religiosa en Jerusalén.

2 Cerca de la Puerta de las Ovejas había una piscina.

El nombre de esta piscina era Betzatá.

Alrededor de la piscina había 5 patios con techo.

3 Muchas personas enfermas estaban en el piso.

Algunas de estas personas eran ciegas.

Otras personas no podían caminar.

Otras personas no podían moverse.

4 Las personas creían que algunas veces, un ángel bajaba a la piscina y movía el agua.

Por eso todas las personas enfermas intentaban entrar a la piscina.

¿Por qué?

Porque la primera persona que entraba en la piscina era sanada.

5-6 Jesús vio a un hombre enfermo en el piso.

Este hombre no podía caminar.

Jesús sabía:

Este hombre ha estado enfermo desde hace 38 años.

Entonces Jesús dijo:

¿Tú quieres ser sano?

7 El hombre dijo:

“Señor, yo no puedo ser sano.

A veces el agua se mueve.

Pero no hay ninguna persona que me ayude.

Yo intento entrar en la piscina primero.

Pero yo siempre llego tarde.

Otra persona siempre entra antes que yo.

8 Jesús dijo:

Tú debes

  • ponerte de pie,
  • recoger tu cama y
  • caminar.

9a Inmediatamente, el hombre

  • fue sanado,
  • se puso de pie,
  • recogió su cama y
  • caminó.
Jesús da su mano a un hombre sentado en el piso

Jesús dijo:

¿Tú quieres ser sano?

Tú debes ponerte de pie, recoger tu cama y caminar.

Inmediatamente el hombre fue sano, recogió su cama y caminó.

5.9b-18 Los líderes religiosos se enojan con Jesús

9b-10 Jesús sanó a este hombre un día sábado.

Por eso, algunos líderes religiosos dijeron al hombre:

Hoy es sábado.

Tú no puedes llevar tu cama hoy.

Tú no obedeces nuestra ley.

11 El hombre dijo a los líderes:

Un hombre me sanó.

Ese hombre me dijo:

“Tú debes recoger tu cama y caminar”.

12 Los líderes dijeron:

¿Quién te dijo eso?

13 Pero el hombre no sabía que ese hombre era Jesús.

En ese lugar había muchas personas.

Por eso, el hombre no podía ver a Jesús.

14 Después Jesús se encontró con el hombre en el templo.

Jesús dijo:

Tú ya estás sano.

Pero tú ya no debes pecar más.

Tal vez tú continúas pecando.

¿Qué te pasará?

Algo peor que no poder caminar.

15 Después el hombre

  • fue donde los líderes religiosos y
  • dijo:

Jesús es el hombre que me sanó.

16 Los líderes estaban enojados.

¿Por qué?

Porque Jesús hacía milagros los sábados.

Por eso, los líderes estaban en contra de Jesús.

17 Entonces, Jesús dijo a los líderes:

Mi Padre (Dios) siempre trabaja.

Yo también siempre trabajo.

5.18 Jesús es igual a Dios

18 Entonces los líderes dijeron el uno al otro:

Jesús hace estas 3 cosas malas:

1. No obedece la ley del sábado.

2. Dice: “Dios es mi Padre” y

3. Piensa: “Dios y yo somos iguales”.

Por eso los líderes se enojaron mucho.

Ahora los líderes tenían más deseo de matar a Jesús.

5.19-23 El Padre da autoridad al Hijo

19-20 Jesús dijo a los líderes religiosos:

¡Atención, yo digo algo importante!

El Padre me ama a mí (el Hijo).

El Padre me muestra a mí todos sus milagros.

Yo veo y hago estos mismos milagros.

Yo no puedo hacer nada solo.

El Padre me dará poder para hacer milagros más grandes.

Así, ustedes estarán muy sorprendidos.

21 El Padre da vida otra vez a las personas muertas.

Yo hago lo mismo.

Yo decido a quién dar vida.

22-23 El Padre no juzga a ninguna persona.

Pero el Padre me dio autoridad a mí para juzgar a las personas.

¿Para qué?

Para que todas las personas me honren a mí igual como honran al Padre.

Tal vez una persona no me honra a mí.

Esa persona no honra al Padre.

¿Por qué?

Porque el Padre me envió a mí.

5.24-30 Jesús da vida y juzga

24 Jesús dijo:

¡Atención, yo digo algo importante!

Dios me envió.

La persona que escucha mi mensaje y cree en Dios vivirá para siempre (en el cielo).

Dios no juzgará a esa persona.

Antes esa persona estaba muerta, pero ahora esta persona está viva.

25-30 ¡Atención, yo digo algo importante!

¿Quién da la vida verdadera?

El Padre.

El Padre me dio esa vida a mí.

Por eso, yo también doy esa vida verdadera.

El Padre también me dio autoridad a mí para juzgar a las personas.

¿Por qué?

Porque yo soy el Hijo del Hombre.

El Padre me envió.

Yo no hago las acciones que me gustan a mí.

Yo hago las acciones que le gustan a mi Padre.

Yo escucho al Padre y digo sus palabras.

Yo no digo mis propias palabras.

Por eso yo digo lo correcto.

Yo no puedo hacer nada solo.

Algunas personas no conocen a Dios.

Muy pronto esas personas escucharán mi voz.

En verdad, esas personas ya escuchan mi voz.

Algunas de esas personas

  • creerán mis palabras y
  • vivirán para siempre.

Esto no debe ser una sorpresa para ustedes.

Un día, todas las personas muertas

  • escucharán mi voz y
  • vivirán otra vez.

¿Por qué?

Porque yo juzgaré a todas las personas.

Algunas de estas personas hicieron buenas acciones.

Esas personas resucitarán y vivirán para siempre.

Otras personas hicieron malas acciones.

Esas personas resucitarán para ser juzgadas por sus malas acciones.

5.31-34 Jesús habla de Juan el Bautista

31 Jesús dijo:

Yo puedo decir:

“Yo soy bueno”.

Pero ustedes dirían:

“Jesús dice mentiras”.

32-33 ¿Sólo yo hablo de mí?

No.

Juan el Bautista también habla de mí.

El testimonio de Juan es verdad.

Ustedes escucharon a Juan.

34-35 El testimonio de Juan fue como una lámpara en un lugar oscuro.

Por un tiempo, ustedes aceptaron ese testimonio.

En realidad, yo no necesito el testimonio de ninguna persona.

Pero yo les recuerdo a ustedes el testimonio de Juan para que

  • ustedes crean en mí y
  • Dios los salve a ustedes.

5.36-40 Tres (3) testigos hablan de Jesús

36-37 Jesús dijo:

Hay otros testigos que también hablan de mí.

Estos testigos son más importantes que Juan el Bautista.

Testigo 1: Mis milagros.

El Padre me dio poder para hacer estos milagros.

Estos milagros muestran que el Padre me envió.

Testigo 2: El Padre.

Yo ya vi al Padre.

Yo ya escuché la voz del Padre.

Pero ustedes no.

39 Testigo 3: La Biblia.

Ustedes estudian mucho la Biblia.

¿Por qué?

Porque ustedes creen:

“La vida eterna está en la Biblia”.

¡Correcto!

¿Por qué?

Porque la Biblia habla de mí.

38, 40 Ustedes no creen en mí.

Por eso, las palabras del Padre no entran al corazón de ustedes.

Ustedes me rechazan a mí.

Así ustedes también rechazan la vida eterna.

5.41-47 Los líderes religiosos rechazan a Dios, a Jesús y a Moisés

(Jesús continúa hablando a los líderes religiosos)

41-42 Yo los conozco a ustedes muy bien.

Ustedes no aman a Dios ni a otras personas.

Por eso a mí no me importa la opinión de personas como ustedes.

43-44 Por ejemplo:

Ustedes aceptan a los profetas falsos.

Esos profetas no

  • dicen las palabras de Dios ni
  • tienen la autoridad de Dios.

Yo digo las palabras de Dios y tengo la autoridad de Dios.

Pero ustedes me rechazan a mí.

Ustedes creen en los profetas falsos, pero ustedes no creen en mí.

Otro ejemplo:

¿Cuál opinión es más importante para ustedes?

1. La opinión del único Dios o

2. La opinión de otras personas.

45 Yo no necesito decir a mi Padre Dios:

“Estas personas hicieron malas acciones”.

Moisés dirá eso.

Ustedes dicen:

“Nosotros creemos y obedecemos a Moisés.

Por eso Moisés nos salvará a nosotros”.

46 Pero eso es falso.

En verdad, ustedes no creen las palabras de Moisés.

¿Por qué?

Porque Moisés escribió de mí en la Biblia.

47 La persona que cree las palabras de Moisés también cree en mí.

Pero ustedes no creen en mí.