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Hechos 24

24.1-9 Los judíos acusan a Pablo delante del gobernador Felix

1 Cinco (5) días después, unas personas de Jerusalén llegaron a la ciudad de Cesarea para acusar a Pablo delante del gobernador Felix.

¿Quiénes?

  • Ananías (el sacerdote más importante),
  • unos líderes religiosos y
  • un abogado de nombre Tértulo

2 Unos soldados trajeron a Pablo a la reunión.

Tértulo dijo al gobernador Félix:

Señor gobernador, nosotros te respetamos mucho.

Israel está en paz.

Tú eres un muy buen gobernador.

Tú has hecho cosas muy buenas para nuestro país.

3 Nosotros decimos muchas, muchas gracias por esto.

4 Nosotros sabemos que tú eres una persona con muchas responsabilidades.

Por eso yo sólo diré unas pocas palabras y no te quitaré mucho tiempo.

Por favor escúchanos con atención a nosotros.

5 Este hombre, Pablo, es muy malo y ha causado muchos problemas para todos los judíos.

Los judíos pelean por culpa de Pablo.

Pablo es líder de un grupo de nombre los Nazarenos.

6,8 Pablo también hizo acciones en contra de nuestra ley en el templo.

Por eso nosotros llevamos a Pablo a la cárcel.

Tú puedes hacerle preguntas a Pablo.

Así tú entenderás que Pablo es culpable y que nosotros decimos la verdad.

7 Nosotros queríamos juzgar a Pablo de acuerdo con nuestra ley.

Pero Claudio Lisias, el jefe de los soldados en Jerusalén, protegió a Pablo.

En contra de nuestra voluntad Claudio se llevó a Pablo.

Después Claudio nos envió a Pablo y a nosotros aquí, delante de ti.

9 Los otros judíos dijeron:

Tértulo dice la verdad.

24.10-13 Pablo se defiende delante del gobernador Félix

10 Félix dio permiso a Pablo de hablar.

Pablo dijo:

Hace mucho tiempo tú eres juez en Israel.

Por eso yo estoy muy feliz de poder hablar contigo para defenderme.

11 Hace menos de 12 días yo fui a Jerusalén para adorar a Dios en el templo.

Tú puedes preguntar esto a otras personas y sabrás que yo digo la verdad.

12 Ninguna persona puede decir que yo estaba discutiendo con otras personas o causando peleas

  • entre las personas,
  • en el templo,
  • en las sinagogas o
  • en otros lugares de Jerusalén.

Yo no hice ninguna de esas cosas.

13 Estos judíos me acusan de hacer muchas cosas malas.

Pero estos judíos no tienen pruebas contra mí.

14 Pero yo no escondo esta verdad:

“Yo adoro y sirvo al Dios de nuestros antepasados.

Yo creo todo el mensaje de la Biblia.

El verdadero problema es que yo soy cristiano.

Los judíos creen que ser cristiano es algo muy malo.

15 Igual que estos hombres, yo también tengo fe en Dios.

Yo creo que un día Dios resucitará a todas las personas.

Las personas que obedecieron a Dios y las personas que no obedecieron a Dios.

16 Por eso yo siempre me esfuerzo por hacer lo correcto delante de Dios y de las personas.

17 Yo estuve fuera de Jerusalén muchos años.

Pero ahora yo vine a Jerusalén otra vez.

Mi propósito en este viaje era

  • dar plata para ayudar a las personas pobres en Israel y
  • dar una ofrenda a Dios.

18 Yo ya había lavado mi cuerpo para cumplir mi promesa a Dios y obedecer la costumbre religiosa.

Después de eso yo fuí al templo para dar mi ofrenda.

Yo no estaba haciendo nada malo o causando desórdenes ni problemas.

No había grandes grupos de personas alrededor de mí.

Ese día, unos judíos del Oeste de Turquía me vieron en el templo.

19 Esos judíos son los que deberían estar aquí para acusarme.

Ananías y los judíos que están aquí acusándome no estaban en el templo y no pueden decir qué pasó ese día.

20 El día después, yo me defendí ante el Consejo Religioso de los judíos.

Los miembros del Consejo Religioso me juzgaron y decidieron que yo no era culpable.

Ananías y estos judíos saben eso.

21 En esa reunión yo grité:

“¿Por qué ustedes me juzgan?

Porque yo creo que Dios puede resucitar a las personas muertas”.

24.22-23 Félix decide esperar para juzgar a Pablo

22 Félix ya sabía muchas cosas sobre los cristianos.

Félix decidió no continuar con el juicio y dijo:

Claudio Lisias, el jefe de los soldados en Jerusalén, vendrá muy pronto.

Ese día yo decidiré qué hacer con Pablo.

23 Félix dijo al capitán de los soldados:

Tú debes poner a Pablo en la cárcel.

Pero tú puedes dar a Pablo un poco de libertad.

Por ejemplo, sus amigos pueden visitarlo y traerle las cosas que necesite.

24.24-27 Pablo habla de Jesús a Félix y a su esposa

24 El nombre de la esposa de Félix era Drusila.

Drusila era judía.

Unos días después, Félix ordenó a un soldado traer a Pablo.

Entonces, Pablo habló a Félix y a Drusila de la fe en Jesucristo.

25 Pablo explicó que un día Dios juzgaría a todas las personas.

Por eso las personas debían controlar sus malos deseos y no hacer acciones malas.

Félix tuvo miedo al escuchar estas cosas y dijo a Pablo:

Tú debes irte de aquí.

Yo ya no tengo tiempo para continuar hablando contigo.

Otro día yo te escucharé.

26 ¿Por qué Félix no liberó a Pablo?

Porque Félix pensó:

Pablo me pagará dinero para salir de la cárcel.

Por eso muchas veces Félix hablaba con Pablo.

27 Los judíos no querían que Pablo saliera de la cárcel.

Félix quería hacer felices a los judíos.

Por eso Félix no liberó a Pablo.

Dos (2) años después, un nuevo gobernador de nombre Porcio Festo, reemplazó a Felix.