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Hechos 10

10.1-23a Dios dice a Pedro: Tú debes ir a la casa de Cornelio

1 Un hombre de nombre Cornelio vivía en la ciudad de Cesarea.

Cornelio era el capitán de un grupo de 100 soldados.

(El nombre de ese grupo era “Los Italianos”).

2 Cornelio era un hombre bueno.

Cornelio y su familia respetaban y obedecían a Dios.

Cornelio

  • oraba todos los días y
  • daba plata a las personas pobres.

3 Un día, a las 3 de la tarde, Cornelio vio a un ángel de Dios en una visión.

El ángel dijo:

¡Cornelio!

4 Cornelio tenía mucho miedo.

Pero Cornelio miró al ángel y dijo:

¿Señor, por qué tú estás aquí?

El ángel dijo:

Dios escuchó tus oraciones y está feliz porque tú ayudas a las personas pobres.

5 Tú debes enviar a unos hombres a la ciudad de Jope.

Esos hombres

  • deben buscar y
  • traer a tu casa a un hombre de nombre Simón Pedro.

6 Pedro está en la casa de un hombre que trabaja haciendo cuero.

El nombre de ese hombre también es Simón.

La casa de Simón está cerca del mar.

7 Después de decir estas palabras el ángel se fue.

Después Cornelio llamó a 2 empleados y a uno de los soldados.

El soldado también respetaba y obedecía a Dios.

8 Cornelio

  • contó a estos 3 hombres la visión del ángel y
  • envió a los 3 hombres a Jope.

9-10 Un día después, a las 12 del día, los 3 hombres llegaron a Jope.

A esa misma hora, Pedro tenía mucha hambre.

Unas personas estaban cocinando el almuerzo para Pedro.

Pedro subió a la terraza de la casa y empezó a orar.

Entonces Pedro vio una visión.

11 En esa visión, el cielo se abrió.

Pedro vio una cobija grande que bajaba del cielo.

La cobija tenía una cuerda en cada una de las 4 puntas.

12 Dentro de esa cobija había muchos animales.

Algunos de esos animales eran serpientes y pájaros.

Era contra la ley judía comer esos animales.

13 Pero Pedro escuchó una voz que decía:

Pedro

  • ponte de pie,
  • mata a uno de estos animales y
  • cómete el animal.

14 Pedro dijo:

No Señor, yo no comeré ninguno de esos animales.

Esos animales son sucios y es contra la ley comer esos animales.

Yo nunca he comido ningún animal sucio.

15 La voz dijo:

Tú no debes decir:

“Esos animales son sucios”.

¿Por qué?

Porque Dios ya limpió a todos estos animales.

16 Pedro vio la misma visión 3 veces.

Después la cobija con los animales subió al cielo otra vez.

17-19 ¿Recuerdas que Cornelio envió a 3 hombres a buscar a Pedro?

Esos hombres llegaron a Jope y buscaron la casa de Simón.

Al llegar a la puerta, los hombres dijeron:

¿Aquí vive un hombre de nombre Simón Pedro?

Pedro continuaba pensando:

No entiendo esta visión.

¿Qué significará esta visión?

Entonces el Espíritu Santo dijo a Pedro:

En la puerta de la casa hay 3 hombres.

Esos hombres te buscan a ti.

20 Yo envié a esos hombres.

Tú debes bajar a la puerta y hablar con esos hombres.

Tú no debes tener miedo de ir con esos hombres.

21 Pedro bajó a la puerta y dijo a los hombres:

Yo soy Simón Pedro.

¿Por qué ustedes vinieron a buscarme?

22 Los 3 hombres dijeron:

Nuestro jefe Cornelio

  • es el capitán de un grupo de 100 soldados romanos y
  • es un hombre bueno que respeta y obedece a Dios.

Todas las personas de Israel hablan bien de Cornelio.

Hace unos días, Cornelio vio una visión.

En esa visión un ángel dijo a Cornelio:

“Invita a Simón Pedro a venir a tu casa.

Simón Pedro tiene un mensaje para ti”.

23a Pedro dijo a los 3 hombres:

Por favor entren a la casa y duerman aquí esta noche.

Pedro tiene una visión en la que ve animales en una cobija

En esa visión, el cielo se abrió.

Pedro vio una cobija grande que bajaba del cielo.

La cobija tenía una cuerda en cada una de las 4 puntas.

Dentro de esa cobija había muchos animales.

10.23b-33 Pedro va a la casa de Cornelio

23b El día después

  • Pedro,
  • los 3 hombres y
  • algunos creyentes de Jope salieron hacia Cesarea.

24 Después de un día de viaje, todo el grupo llegó a Cesarea.

Cornelio estaba en la casa esperando a Pedro.

Cornelio había invitado a toda su familia y a algunos amigos.

25 Pedro llegó a la entrada de la casa de Cornelio.

Cornelio cayó de rodillas para adorar a Pedro.

26 Pero Pedro dijo a Cornelio:

Tú debes ponerte de pie.

Yo no soy un dios.

Yo soy un hombre igual que tú.

Por eso tú no debes adorarme a mí.

27 Pedro continuó hablando con Cornelio.

Pedro y Cornelio entraron a la casa.

Entonces Pedro vio a todas las personas que estaban allí.

28 Pedro dijo:

Ustedes saben que yo soy judío.

La ley judía dice que yo no puedo ser amigo de una persona no judía ni entrar a su casa.

Pero Dios me mostró algo diferente:

“Dios acepta a todas las personas (judías y no judías)”.

Por eso yo también debo aceptar a todas las personas.

29 Dios quería que yo viniera a esta casa.

Por eso yo vine rápido.

¿Por qué ustedes me invitaron?

30 Cornelio dijo a Pedro:

Hace 4 días, a las 3 de la tarde, yo estaba en mi casa orando.

Un hombre apareció.

La ropa de ese hombre era muy brillante.

31 El hombre dijo:

“Dios escuchó tus oraciones y está feliz porque tú ayudas a las personas pobres.

32 Tú debes enviar a unos hombres a la ciudad de Jope.

Esos hombres deben buscar a un hombre de nombre Simón Pedro.

Simon Pedro está en la casa de un hombre que trabaja haciendo cuero.

El nombre de ese hombre también es Simón.

La casa de Simón está cerca del mar”.

33 Después Cornelio dijo:

Por eso yo envié a mis hombres a buscarte.

¡Gracias por venir!

Dios está aquí con nosotros.

El Señor te dio un mensaje para nosotros.

Nosotros ya estamos listos para escuchar tu mensaje.

10.34-43 El mensaje de Pedro para Cornelio y su casa

34 Después Pedro dijo:

Ahora yo entiendo el significado de la visión:

“Dios ama a todas las personas por igual”.

35 A Dios no le importa de qué país o raza sean esas personas.

Dios acepta a todas las personas

  • que respetan a Dios y
  • que hacen lo correcto.

36 Dios dio un mensaje a las personas de Israel.

Ese mensaje es:

“Las personas que creen en Jesucristo tienen paz con Dios”.

Jesucristo es el dueño y el Señor de todas las cosas.

37 Ustedes ya saben todas las cosas que pasaron en Judea.

Todo empezó en Galilea con el mensaje de Juan el Bautista.

Juan decía:

“Ustedes deben bautizarse”.

38 Ustedes también saben de Jesús de Nazaret.

Dios dio a Jesús el poder del Espíritu Santo.

Jesús

  • fue a muchos lugares,
  • hizo muchas acciones buenas y
  • liberó a muchas personas del poder del diablo.

Dios estaba con Jesús.

Por eso Jesús podía hacer esos milagros.

39 Nosotros vimos todas las cosas que Jesús hizo

  • en Judea y
  • en Jerusalén.

Los líderes de Israel mataron a Jesús en una cruz.

40-41 Pero 3 días después, Dios resucitó a Jesús.

Nosotros vimos a Jesús vivo.

Nosotros también comimos y bebimos con Jesús.

Dios nos escogió para ser testigos de la resurrección de Jesús.

42 Jesús nos dijo a nosotros:

“Ustedes deben decir a todas las personas:

‘Dios escogió a Jesús.

Un día Jesús juzgará a todas las personas, vivas y muertas’”.

43 Hace muchos años los profetas dijeron:

“Todas las personas han pecado”.

Pero algunas personas creen en Jesús y en su autoridad.

Dios olvidará todos los pecados de esas personas.

10.44-48 Cornelio y su casa reciben al Espíritu Santo

44-46 Pedro continuó hablando.

El Espíritu Santo vino sobre todas las personas que escuchaban a Pedro.

Por eso todas estas personas empezaron a hablar otros idiomas y a alabar a Dios.

¿Recuerdas que unos creyentes judíos fueron con Pedro a la casa de Cornelio?

Esos creyentes estaban muy sorprendidos.

¿Por qué?

Porque Dios había dado el Espíritu Santo a unas personas no judías.

¿Cómo los creyentes sabían que esas personas habían recibido al Espíritu Santo?

Porque esas personas también hablaban otros idiomas y alababan a Dios.

47 Pedro dijo:

Dios ya aceptó a estas personas igual como nos aceptó a nosotros.

¿Cómo nosotros podemos saber esto?

Porque al igual que nosotros, estas personas también recibieron al Espíritu Santo.

Por eso ninguna persona puede decir:

“¡Esas personas no pueden ser bautizadas!”.

48 Después Pedro dijo:

Todas estas personas deben ser bautizadas con la autoridad de Jesucristo.

Después de ser bautizados, los nuevos creyentes dijeron a Pedro:

Por favor quédate en nuestra casa unos días más.